jueves, 20 de enero de 2011

Ya os dije que andaba de parranda

Aunque obviamente no conocemos a mucha gente por la zona las pasadas navidades no nos faltaron fiestas en las que socializar.

Para empezar en el Centro de Inteligencia Colectiva donde trabaja Iván, organizaron una fiesta en la casa del jefe del departamento. 
Vaya pedazo de casa, dicho sea de paso. Muy cerca de una de las autopistas principales pero casi metida en el bosque. Un salón pegado a la cocina que resultó no ser el salón, sino "ese sitio donde estamos habitualmente cuando comemos y eso". El salón en vez de ser del tamaño de un campo de futbito era del tamaño de 2.  

La cosa se organizó de la siguiente forma: en una mesa junto a la cocina estaban las bebidas, vinos, refrescos, champan... 

Esto no se que era pero estaba bueno :D

Distribuidas por toda la casa había fuentes de comida de todo tipo.  
En una de las habitaciones había platos y tenedores así que basicamente te armabas de con tu plato, tu tenedor y tu bebida (alucinante la capacidad que tienen para sujetarlo todo) y vas recorriendo el lugar en busca de alimento. En todas las habitaciones siempre encontrabas algo: cuencos con frutos secos, tablas de quesos, bandejas de humus, arroz, salmón, etc.


Por lo demás la fiesta resultó estupenda pero, hum, intimidante. Allí quien más quien menos había publicado un par de artículos en Nature, o conocía más billonarios que personas corrientes. Una de las becarias del departamento acababa de publicar en Science, y con eso os lo digo todo. 

Lo bueno -o lo malo, según lo veas- de estas fiestas, es que cualquiera se acerca sin más a cualquiera y le pregunta en que trabaja. Se estila mucho aprovechar estos encuentros para ampliar tu red de contactos, lo que ellos llaman networking. Para nosotros que no estamos acostumbrados a ese tipo de entrada tan directa: "Hola me llamo menganito, ¿Tu en que trabajas?", al principio puede resultar un poco descortés, pero aunque aun no me arranco a ser tan directa, ya voy mucho más al grano que al principio. 
Esto conduce a que en cualquier momento te encuentres hablando de temas muuuuuuuy diversos. En este caso a lo largo de la noche, estuvimos hablando de: la situación de la gente que son hijos de inmigrantes de primera generación y que en realidad no se sienten en casa ni en su pais de origen ni donde están ahora, un club de millonarios jóvenes que uno de los invitados había estado coordinando hasta hace poco y la inteligencia de los grupos y como medirla, y muchas otras cosas.


Poco después de esta, André nos invitó a una fiesta de celebración del solsticio que unos amigos suyos celebraban. No conocíamos a nadie pero, que carallo, tampoco es que se te presente la oportunidad de celebrar el solsticio habitualmente. Por desgracia no consistia en bailar desnudos y borrachos en torno a hogueras, sino un poco más de lo mismo que en la otra ocasion. Una casa enorme (aunque mucho más pequeña que la del jefe del departamento), llena hasta la bandera de gente con comida por todas partes. Calculo que alli habría unas 60 personas. 

Porqué alguien querría celebrar una fiesta así donde cualquiera (vease André) te puede colocar cuatro invitados extra, me es desconocida, pero allí estuvimos todos.  


De todas formas pese a la denominación de "Fiesta del Solsticio" allí había árbol de navidad y villancicos, así que yo diría que era una fiesta de navidad cualquiera.



Para la próxima os contamos la visita de unos amigos.